El actor protagoniza la emblemática comedia junto a Laurita Fernández y Gustavo Bermudez, que arranca la temporada este viernes. Antes, habló sobre el teatro, el humor, la exposición pública y el oficio.
A 20 años de haber subido por primera vez a un escenario en Mar del Plata, Martín Bossi vuelve a la ciudad para celebrar el recorrido con la emblemática comedia “La cena de los tontos”.
La obra, que debutará en la temporada de verano este viernes 26 de diciembre, en el Teatro Neptuno, lo encuentra compartiendo protagonismo junto a Laurita Fernández, Gustavo Bermúdez y un elenco integrado por Esteban Prol, Guillermo Arengo, Franco Battista y Daniela Pantano.
El estreno contará con la presencia del productor -y quién hace 20 años hizo el mismo personaje que hoy interpreta Bossi- Guillermo Francella. “Es productor y artífice de todo esto, así que que venga a visitar Mar del Plata es una buena forma de lanzar el espectáculo”, confió el artista en una charla con LA CAPITAL.
Escrita por el francés Francis Veber, “La cena de los tontos” propone una trama tan sencilla como filosa: un grupo de amigos organiza cenas en las que cada invitado lleva como acompañante a quien considera “el más tonto”, sin que este lo sepa. El plan se desarma cuando uno de esos invitados pone en jaque las certezas y miserias de quienes se creen más inteligentes. “Tiene una metáfora hermosa” definió en la nota en la que también reflexionó sobre el teatro como refugio del contacto humano, del humor, la exposición pública y el oficio. “Arranqué en el 2006 con Showmatch Humor”, recordó sobre su primera temporada marplatense, 20 años antes de volver con una comedia éxito. En el medio, una trayectoria que ha incluido espectáculos unipersonales, comedia musical, humor, entre otros.
“Las últimas 15 cosas que han inventado, no se acercan a la verdad. La verdad es mucho más interesante, pero no la saben, nunca la van a saber”.
“De vez en cuando miro por el espejo retrovisor y la verdad que es muy fuerte”, compartió Bossi, mientras emprendía el viaje para instalarse en Mar del Plata.
-En esta temporada, volvés, no como Showman sino componiendo un personaje.
-Sí, hago comedia de toda la vida, comedia musical, pero este estilo de comedia pura, no había hecho. La verdad que me queda muy cómodo y me divierte mucho. Si bien hice una versión propia del personaje, que no tiene nada que ver con lo que hizo Guillermo en su momento, que es el mejor, es resultado de una observación acompañada por el director y por los productores y llegué a un punto muy lindo del personaje donde la gente se ríe mucho.
-Hay una broma con Francella porque improvisás y, evidentemente, tus compañeros te acompañan…
-La verdad que con Laura y Gustavo, sinceramente, somos un equipo. Cada uno juega en un puesto y la verdad que ellos me acompañan, me tienen mucha paciencia y mucho amor, porque la verdad que yo soy un desmesurado en el escenario, en el buen sentido, la verdad que fueron entendiendo mi forma de trabajar. Y realmente Guillermo me dice “más cortito, hdp”, y yo me paso y se mueren de risa, pero la verdad que somos un equipo muy lindo. Hemos logrado 150.000 espectadores, es muchísimo. En Buenos Aires que 150.000 almas te miren, hoy en día como están las cosas, es un milagro.
-Siempre con el teatro que está siendo el refugio más importante de todos los artistas.
-Sí. La televisión ya no, series y películas es para pocos, y el teatro masivo. Está lleno de actores, gracias a Dios, que tienen laburo en el teatro.
-Para vos el teatro significa algo más especial que el resto de los formatos.
-Si, el teatro para mí es lo más importante. Sin teatro para mí no hay vida. Es el último bastión analógico, donde la gente se viste, te va a visitar y vive una experiencia mirándola con el corazón y no con un celular en la mano.
-En tu anterior espectáculo trataste esa cuestión.
-Sí, de hecho ya hace rato vengo advirtiendo esto y de hecho tengo un espectáculo escrito que se llama “Bossanlove” que lo profundiza. Está escrito hace dos años y ya quedó chico, espero poder hacerlo pronto. Tiene que ver con las necesidades humanas y lo que estamos transformando en el mundo, lo que transformamos en la civilización. Lo vengo avisando, pero ahí está el teatro sobreviviendo a la inteligencia artificial, que nadie la llamó, pero está invitada a esta fiesta.
-No es poco ir ganándole en algún rubro a la IA.
-Sí, es verdad, porque la inteligencia artificial, no tiene cabida en el teatro y eso es maravilloso.
-La Cena de los Tontos, si bien es para matarse de risa, también tiene reflexión.
-Sí, es una obra escrita hace 20 años, pero está aggiornada, muy adaptada a los tiempos por el director Marcos Carnevale y la verdad que sí, es una obra que tiene una metáfora hermosa.
-¿Cómo te llevás con el humor en tu vida privada?
-Yo no creo en eso de que el humorista en la vida es triste. Yo soy un hombre mucho más cauto en la vida. No tengo buen humor, tengo buen carácter, soy un tipo bien llevado, con sentido del humor. Cuando estoy afuera del trabajo hago una vida normal, no tengo nada en especial, nada raro. A mí ni la fama ni el éxito me han cambiado nada.
-No te gusta la exposición.
-Viste que está muy de moda la parodia del artista. Salir con la ropa y con el guardaespaldas y con los anteojos y la postura estrella con el perrito en la mano, videos de todo, la autogestión de la imagen. Hoy con el Instagram tenemos mucho yo, mucha autorreferencialidad: yo lleno el estadio, yo me separé, yo lloro, yo ahora ando en helicóptero, yo ahora peleo, ahora corro una maratón. Tengo el ego mucho mejor colocado y todo lo que tenga que ver con lo exterior, con la imagen y el éxito contado, estoy absolutamente lejos.
-Y siendo así, ¿cómo te llevás con todo lo que se dice todo el tiempo. Que si tenés novia, que si estás con Laurita, que si fuiste infiel…?
-Hice una separación muy grande entre la ficción y la realidad. O sea, lo que a mí me preocupaba era que mi entorno no me rompa… preguntándome todo el día, “che, es verdad…”. A familiares, amigos les digo: mirá, lo que se dice es parte de una ficción, la verdad es la que vos sabés. Entonces lo miro como si fuera un personaje, porque en líneas generales, te lo juro, no tiene nada que ver con la verdad. Las últimas 15 cosas que han inventado, no se acercan a la verdad. La verdad es mucho más interesante, pero no la saben, nunca la van a saber.
-Has hecho un trabajo personal para no enojarte…
Lo que contó sobre el trabajo con Ca7riel y Paco Amoroso en esta nota.
-Mirá, pueden decir que maté a Kennedy, o que el ataque a Pearl Harbor lo planifique yo. Pueden decir lo que quieran, las peores cosas, no las tomo en serio. Si la gente quiere creer que yo hice el amor con el Bob Esponja del tren de la alegría es un problema de la gente. Yo no tengo control sobre eso. Pero no le doy importancia. Y si dicen Martín fue infiel… Yo he hecho mi carrera, y el mucho o poco éxito que he tenido, sin hablar de nadie. Puedo contar alguna anécdota, si me llaman a un programa. Ya la tengo guionada y salgo del paso. Hace mucho tiempo me alejé mucho de la historia paralela que hay de los medios. Hoy creo que ha cambiado mucho lo que llama la atención, los personajes que requieren la atención de la gente que influencian y llaman la atención. Entonces yo vengo de otra civilización, me acomodo en otros lugares, estoy tratando de estar bastante más al costado y de volar bajito y sin llamar mucho la atención. En todo caso si llamo la atención es con mi labor. Los que llaman la atención o a lo que apunta el mercado es a otros personajes. Nosotros, comediantes de 50 años no. Y está buenísimo, porque a mí me permite relajarme.
-¿Qué hacés en Mar del Plata cuando no estás en el teatro?
-La verdad que la playa no la toco. Me gusta salir a correr, juego al tenis, hago la vida que hago en Buenos Aires. Duermo la siestita, tengo pedacitos de vacaciones dentro del trabajo, trato de disfrutar.
-¿Al teatro sos de llegar temprano? ¿Quién es el primero que llega en este grupo?
-Gustavo Bermúdez es el que llega primero, super puntual, ya está con el mate a las tres de la tarde. Laura también es super responsable. Yo en esta obra he llegado bastante temprano. Pero a veces me cuelgo. No llego sobre la hora pero en temporada te quedaste más en un lugar, te agarró tráfico… pero llego bien.
-Van a esta en el Neptuno. ¿Conocés la sala?
-No la conozco, es una cosa de locos, nunca fui. He estado en el Mar del Plata, en La Campana, en el Atlas-América.
-¿Otro tilde para la lista?
-Otro tilde para la lista: conocer el Neptuno.